En la comunidad latina de Estados Unidos, el seguro de vida sigue siendo una herramienta subutilizada. A pesar del crecimiento económico y demográfico de los hispanos, la tasa de tenencia de seguros de vida sigue siendo la más baja entre todos los grupos étnicos del país. ¿Por qué ocurre esto? Uno de los factores más importantes es la persistencia de creencias erróneas que dificultan que muchas familias consideren, comprendan y adquieran una cobertura adecuada.
A continuación, desmentimos cinco de los mitos más comunes que afectan la percepción del seguro de vida entre los latinos en EE.UU.
1. «Es demasiado caro»
Este es, sin duda, el mito más extendido. Más del 70% de los hispanos sobreestima el costo real del seguro de vida. Muchas personas creen que adquirir una póliza implica un gasto mensual elevado, cuando en realidad, una cobertura básica puede costar menos de un dólar al día. Existen opciones asequibles adaptadas a diferentes presupuestos, especialmente si se contratan en edades tempranas. Romper este mito es esencial para ampliar el acceso a esta herramienta de protección.
2. «Solo sirve para gastos funerarios»
Aunque cubrir los gastos finales es uno de los usos más comunes del seguro de vida, limitarlo a esa función es ignorar todo su potencial. El seguro de vida también puede utilizarse para reemplazar el ingreso perdido si fallece el principal sostén económico, saldar deudas pendientes como hipotecas o préstamos estudiantiles, acumular valor en efectivo a lo largo del tiempo, y dejar una herencia significativa a los seres queridos. Es una herramienta de planificación financiera con múltiples usos.
3. «No califico por mi estatus migratorio»
La desinformación en torno a la elegibilidad es otra barrera frecuente. Aunque los requisitos pueden variar de una aseguradora a otra, muchas compañías ofrecen pólizas accesibles para personas con distintos estatus migratorios. En la mayoría de los casos, contar con un número de identificación fiscal (ITIN) es suficiente para aplicar. Es importante buscar información confiable y agentes que conozcan el contexto migratorio de la comunidad hispana.
4. «No lo necesito si soy joven»
Contrario a lo que se piensa, la juventud no es un motivo para postergar la compra de un seguro. De hecho, es el mejor momento para adquirir una póliza: las primas son más bajas, el riesgo es menor y es posible asegurar tarifas fijas por muchos años. Además, nadie está exento de imprevistos, y contar con un seguro garantiza que los seres queridos estarán protegidos ante cualquier eventualidad.
5. «Lo del trabajo es suficiente»
Muchos empleadores ofrecen seguros de vida grupales como parte de sus beneficios laborales. Sin embargo, estas pólizas suelen tener una cobertura limitada, que en la mayoría de los casos no alcanza para cubrir las necesidades reales de una familia. Además, no son transferibles: si cambias de empleo, pierdes la cobertura. Tener una póliza individual adicional te permite mantener la protección sin importar tu situación laboral.
Conclusión
Desmontar estos mitos es clave para empoderar a la comunidad hispana y fomentar su acceso a soluciones financieras que protejan el bienestar familiar. El seguro de vida no es un lujo ni un gasto innecesario: es una herramienta de amor, previsión y estabilidad. Infórmate, compara opciones, habla con asesores confiables y toma decisiones que aseguren el futuro de los tuyos.